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i i 0 “140 —SenmoN IX. —, ballos y riquezas, quando agradecido á las miserj- cordias del Omnipotente, exclamó de esta manera: Cantemus Domino; 'gloriase enim magnificatus: est; Cantemos las alabanzas de Dios, porque gloriosamen- te ha magnificado su brazo poderoso con la ruina de todos nuestros enemigos. No de otra suerte los moradores de Betulia quando vieron degollado á Ho- lofernes , y puesto en vergonzosa fuga todo su exér- cito., libres ya de la opresion en que se hallaban por los esfuerzos de la valerosa Judith, levantáron las voces al cielo, y llenos de un gozo inexplicable di- xéron : Tú eres la gloria de Jerusalén, tú eres la alegría de Israél, tú el honór de nuestro pueblo : te ig valerosamente ; y porque amaste la castidad, a mano del Todo-poderoso te confortó, y serás ben- dita eternamente. Ester , Abigail , Ana ,la madre de Samuél, Débora y otras mugeres ilustres del anti- guo Testamento observaban la misma conducta quan- do recibian del Señor las victorias contra sus ene- igos la sucesion para 'sus casas. la salud para sus cuerpos, ú otros beneficios semejantes... -— Ved aquí idénticamente, amados mios, la con=' ducta que ha observado la confraternidad del Rosario en este dia, y en todos los años que han pasado desde su institucion ; 6 mas bien ésta es la conduc- ta de toda la Iglesia de España,y aún de todo el orbe católico én este presente dia, en-que da glo- ria á Dios, y 4 su Beatísima Madre con la devo- cion del Santísimo Rosario. Oprimida la cristian- dad el año de 1571 por un enxambre de Turcos, que con una numerosa esquadra de oscientas trein- ta naves pretendian el cetro de los mares, así como se habian enseñoreado con la multitud de sus tro- pas de gran parte de la tierra, clamaba al cielo por remedio, acompañando las súplicas y lágrimas del gran Pontífice San Pio V. Clamaban los Sacer-

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