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pÉ La NariVmaD DE NUESTRA Señora. 127 pues estremecer el mundo com,el peso y fuerza de sus armas: así nacieron los mendígos mas desvali- dos, de quienes no se hace caso sobre la tierra (a). En suma, así .nacimos todos nosotros ; pero no na- ció así: la Vírgen nuestra Señora: Concebida en gra= cia, cómo antes “insinué, por un singular privile- gio del Omnipotente, se halló ya antes de nacer no solo distante del pecado, y de todas sus formida- bles consecuencias, sino adornada de virtudes, y lle- na dedivinos dones erun grado emínentisimo , y que sobrepuja el alcance del entendimiento de los hom= bres. Todos los autores católicos afirman que á la Vír- gen nuestra Señora la fue dada en su inmaculada Con- cepcion una gracia superior á la de todos los An- a y A en el estado de su mayor perfeccion, a e est sta E racia jamas estuvo ociosa en su alma, e | : o a astE ; + k-mas bien que el grandis Apóstol: Graria «ejus in mevacua non fuit, sed semper in me manet (b); y cierto así convenia - que se hiciese con la que venia predestinada desde la eternidad para la dignidad casi rote de Madre de Dios. ARIS E A - Suponed latente por ahora, pa que hemos he- eo mencion del grande Apóstol, que en cada mi- nuto de los nueve meses que estuvo en el vientre de Santa Ana obrase un acto de virtud con toda la gracia de San Pablo; pues ved ahí 4 la Vírgen se- “senta y cinco mil y “ochoci 'ntas veces mas Santa que el Apóstol, porque otros: tantos fueron los minutos que pasaron, y los'actos de virtud que se practi- -caron desde la?"concepcion hasta el nacimiento. Demostracion es ésta , Señores y tan > es que pue- (a) Nemo enim ex : regibus aluit babuis nativitatis initium.' Pe C. vil. v. $. ; (b) L ad Cor. c. xv. v. 10.