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ES - DELA NATIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA. 121 de los hombres que se abalanzan voluntariamente á los peligros, que irritados se vengan de sus pró- ximos, que atropellan la razon y la ley por abatir á sus hermanos, que aumentan sus caudales con la opresion de los infelices, y ocultan ó desfiguran la verdad por llevar á efecto sus enredos y sus perfi- dias? Si lo que Dios no permita viviéremos así, ¿de qué nos servirá confesar que María nace para madre de Dios y proteetora de los hombres? ¿Qué utilidad sacaremos de rezarla quatro Ave Marías solamentecon los labios? A la verdad nos exponemos £ que la Vírgen nos reprehenda como su santísimo hijo á un pueblo infiel, aunque en lo exterior devoto: Populus bic labiis me bonorat, cor autem ejus longe est a me: este pueblo me honra con los labios; pero su -orazon está muy lejos de mí: allá vive en la re- -—gion de la impureza, y en el pais dela gula, en la Ciudad del interés, en el pueblo de la mentira, y en la casa de la embriagez. Se acerca á mis altares para ofrecerme el sacrificio infructuoso de mis alabanzas, al mismo tiempo que su corazon medita arbitrios pa- ra ofender á mi hijo, ¿irritarme á mí: Populus bic labiis me bonorat... ne lts 3 No permita Dios, vuelvo á decir, amados mios, que nos hallemos en el infelíz estado de serreprehen- didos de esta suerte por la Santísima Vírgen, sino que humildes, devotos, veraces, castos, laboriosos y caritativos entremos en este santo templo á ofre- - cer á esta preciosa Niña nuestros corazones; y en caso de que sorprehendidos de nuestras pasiones, en- redados de los lazos del mundo, y vencidos por las tentaciones del demonio nos hallemos en desgracia de la Vírgen no salgamos de esta Iglesia sin haber formado las mas sérias y eficaces resoluciones de entablar una vida irreprehensible. ¡O qué grande serta nuestra felicad si así lo hiciéramos! ¡O si des- TOMO 11. . Q Es

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