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DE La NATIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA. 117 la identidad de la divina Esencia : el qual si ruega es en su propio nombre: si intercede es por sus pro- pios méritos ; y sies oido, decia el grande Apóstol San Pablo, es por su propio respeto y reverencia: Exauditus est pro sua reverentia.' Pero hay tambien un poder de gracia y de intercesion concedido á las almas bienaventuradas que gozan de Dios en el des- canso de su gloria, ó que obedientes 4 sus divinos preceptos, viviendo en santidad y justicia, le son s objetos sobre la tierra. La santa Escritura frece ad nirabless pruebas de esta verdad. Dig- eñor obedecer á la voz de un hombre co- mo H y trastornó las leyes de la naturaleza deteniendo al sol , que iba rápidamente por su car- rera ; el mismo Dios Y Señor dividió los mares , su- exérc ! s,y 1 JS os. Aa e De ADIOS SAY bres delaACttÍO Testaiiento” de. Eee no era dig- no el mundo, cerraban con su fe las bocas de los | bambrisases leones , Aapagaban el fpapeto del fuego, E | DLE 0 de Jatall JA! sobre: la tier s admirables. conquistas $ los Pessoa , los estupendos milagros de los Már tires, las patentes é innegables. maravillas de los iunfos de las Vírgenes, aria que los justos mién- | ven sobre la tierra, y los santos que reynan ya con Jesucris ¿el cielo, tienen un poder de _Tuego y de intercesion-, de gracia y de dependen- cia que debemos constantemente: confesar, y al que podemos acudir en nuestras necesidades y apuros. Yo me compadezco , infelices hereges de estos. últimos tiempos, yo me compadezco de vuestro er- Tor, que os ha separado de nuestra ES fe, ne-