BCCPAM000538-4-27000000000000

116 -—SermoN VII. ced en nuestra presencia , Ildefonsos , Damascenos, Bernardós, Anselmos y Agustinos: dexaos ver de nosotros , Gerónimos , Buenaventuras y Tomases, que yo os cederé gustosamente el sitio que indigna- mente ocupo. Hablad vosotros , y decidnos quanto habeis escrito , quanto habeis predicado, quanto habeis elogiado 4 la Madre de nuestro Criador. Vos- otros que ya gozais eternamente de su hermosa vista allá en el cielo, decidnos: ¿quién es ésta que en el dia de su nacimiento aparece como una aurora , her- mosa como la luna, escogida como el sol (a)? Esta es María Madre de Dios, responden todos. Nada mas se puede decir, á no ser que querais añadir que es tambien protectora de los hombres. Lo primero hemos procurado demostrar en esta primera parte: lo segundo será materia de lo que voy inmediata- mente á deciros en esta e a % s e di qa A 6 Meis E dl e e A . No permita Dios que por un celo indiscreto ex- ceda yo mis expresiones, quando empiezo á habla- ros del poder de María Santísima para con los hom- bres, y que elevando inconsideradamente su trono hasta el del Omnipotente, confunda la criatura con el Criador, la nada con el Sér de Dios, y ponga en la misma línea el Santo'pór esencia, y la que so- lamente es Santa por participacion y por gracia. Yo sé, y debo confesarlo, que hay un poder de in- dependencia y de redencion que no pertenece sino 4 Jesucristo Dios y hombre verdadero, á quien todo poder ha sido dado en el cielo y en la tierra,y con- tra el infierno. Igual á Dios en todas las cosas por (a) ¿Que est-ista que progreditur quasi aurora consurgens, pulebra ut luna , electa us sol? Cant. C. viv. 9.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz