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DE San JOSEF. 50 4' María Santísima : es verdad , no era extraño viviese ificamente con la mas dulce y amantisima paloma que crió Dios en toda la dilatada «carrera de los si- glos ; pero la mansedumbre de Josef mo solo le man- -tenia inalterable con María Santísima , sino-con quan- tos le encargaban alguna obra de su honesto .trabajo, ó le pagaban su sudor. pai, o 3 Pensais “acaso «que «el mundo «era mejor :en- tónces que lo «es ahora? Pues persuadios á que así como vosotros os quejais de las impertinencias de los que os encargan alguna obra , y de su tardanza en la +hombres prontos para mandarle trabajar , y tardos y morosos para satisfacer “al varon Justo su trabajo. Bien que la honestidad de su semblante, la dulzura de sus palabras , la honradez de su conducta , seria capaz de mover los corazones de piedra. Por eso quiero “supo- mer que no hallase el Santo dificultad en conservar la paz en su casa; y-con los que trataba en:ella ; pero no 'g ¡que «en Belen se le presentó á su mansedumbre la mas terrible prueba. Pasad brevemente con la consideracion por las descortesias con que le trataban en darian María y Josef en los portales de los. mesones? ¿ Quántas en las caballerizas y otros lugares mada de- centes 4 la soberana magestad de tan augustos pe- regrinos ? Pero como en lo exterior mada aparecia Si. no pobreza , modestia- y circu cion , «eran poco estimadas estas prendas entre . el bullicio , soberbia y altanería del múndo. Pasad, repito, por todas estas ocasiones en-que Ja mansedumbre del Santo tendria que -violentarse ; y aplicad toda vuestra atencion pa- ra' ver entrar á San Josef ya de noche con su:castísi- ma esposa en la ciudad de Belen. Tenia allíiel Santo algunos parientes ¿“y $u «noble córazon;le persuadiria H 2