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SermON II, Los hombres no se acordarian de ellos como si ja- mas hubieran existido sobre la tierra. Las campanas anunciarian su muerte ; pero su memoria, como di- ce el Espíritu Santo, perecería con su sonido: Pe- riit memoria eorum cum «sonitu, El perpetuar la gloria de los sepulcros estaba reservado para los mártires. De ellos se dirá siempre : Et erit sepulcrum ejus glo- riosum, Pasen los. años , multipliquense los siglos, los fieles en todos :tiempos "tributarán veneraciones y Tes- petos á “las «sepulturas de los ERES Et. eel. se- pulcrum .ejus «gloriosum. yY qué dirémos de la gloria que da el Señor á las cenizas de los mártires? ¡O gran Dios , y que liberal y Dalt se muestras en peeenids á tus siervos! ¡Qué Pr A AE PES O Ala ., Oyentes mio mE: > dl mirar «en los primeros siglos de “la Iglesia que dos padres .acusan á 'sus “hijos: los hijos:«conducen á los tribunales á sus padres: las esposas encarcélan 4 sus esposos : los esposos entre- gan sus esposas á los tormentos: los siervos delatan 4 sus «señores: los señores acusan á «sus siervos: el hermano persigue 4 :su hermana: la hermana mi con tranquilidad entre las llamas á su hermano: los jueces mismos «confiesan la inocencia de sus reos, y sin embargo los .condenan á «muerte sín tener res- ¿peto /á lla qualidad de sus :personas., á su Dope y á su mérito: al ver que 'se violan. las | raleza , que se tra s de la am sta conocen las de la religion, y que no se habla sino de hoguer,s , planchas , cuchillas, ruedas, potros y ca tastas : al considerar , repito., todo esto se diria que aquellas inocentes víctimas que entregaban sus-cuer- pos á todos los furores de los tiranos., y 4” toda da crueldad de los «verdugos., eran las personas 'mas 'in- felices entre todos los vivizntes ; pero aquel géhn Dios «por cuyo amor padecian , no solo conducia sus almas 4 la gloria en el momento que se separabin de sus A TA ij