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DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO. 247 Señor para hablar de tan magníficos. y encumbrados Sacra mentos * No me queda otro arbitrio que bumillar- me hasta el polvo en la presencia de Dios , confesar mi insuficiencia , y levantado el corazony los ojos á los altos montes de la divinidad , esperar confiadamen- te los auxilios oportunos. Asi lo creemos , Señor, y así lo esperamos, poniendo por intercesora á vuestra pu- rírima Madre. , á quien devotos saludamos diciendo: AVE MARIA PRIMERA PARTE. Extraña paradoxa os habrá parecido sin duda al- na mi primera proposición. Decia, llustrísimo Ca- bildo , nobilísima Ciudad , Congregacion ilustre, devoto Pueblo , que os habrá parecido una ex peas paradoxa mi primera ; proposición , en que Ps que en el augusto Sacramento del altar hallaba Dios nuestro Señor su gloria; porque á la verdad si con- sultamos á nuestros sentidos nada descubren en este admirable Sacramento de las divinas perfecciones: si atendemos á la razon nada percibe de su adorable presencia; y aun si escuchamos á nuestra misma Reli- gion Católica ella nos enseña que en ningun otro Sa-= cramento se anonadó mas, digámoslo así, nuestro amable Salvador que en este misterio de salud ; pues no contento con ocultar en él su divinidad , como quando tomó nuestra naturaleza, oculta tambien su humanidad para manifestarnos los rasgos mas heróy- cos de su amor- Sin embargo insisto en la A de mi proposicion; y recusando como testigos incompetentes en esta causa á los sentidos y á la razon humana , voy á descubrir en el fondo de la religion que profesamos pruebas incon- testables de esta verdad. Escuchadme. Nada mas glo- 099 para Jesuchristo que cumplir todas las figuras de

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