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234 SERMON XV. corazon , os acompañarán en la vida, y serán vuestro viático en la muerte: Quis audivit unquam talia? ¿Quién , dirémos llenos de admiracion con el Profeta, - vió jamas, ni oyó jamas cosas semejantes? ¿El hom- bre hecho carne de Ja carne de Jesuchristo , hueso de sus huesos, y cuerpo de su cuerpo? ¿Todo el hombre en Dios , y todo Dios en el hombre (a)? ¿Quién pudo inventar jamas una obra tan prodigiosa, por mas vivo que fuese su espíritu, por mas fecunda que fuese su oi ?3Que entendimiento, ó qué. inteligencia de Angel pudo jamas comprehender una dádiva tan inmensa del divino amor en aquel augusto Sacramen- to? ¡0 dádiva ivaudita, y verdaderamente incompre= hensible! Dádiva qu que excede infinitamente todos nues- anos mios, ¿tenía “nuestro. dutcasión Jesus ma oljpcion para obrar unos prodigios tan estupendos? ¿Le habia impuesto algun precepto su eterno Padre? ¿Habia de parte de los hombres algun mérito. que le obligase á esta accion? Nada ménos. Si el Señor se compadeci de nuestras miserias, si nos _reconc ó cOn Su eterno, , Si transformó la tier- ra en cielo , fué por afadiod en el Sacramen- to un prodigio de amor piadoso. Si el Señor perdo- na nuestros pecados, si nos concede las virtudes , si nos da la gracia y nos ofrece la gloria: si el Señor nos da su cuerpo, su alma y su divinidad con todos - sus infinitos atributos y perfecciones, es por un pu- ro efecto de susamor liberal con los hombres. Y si persevera entre nosotros para librarnos de fbdos los males y darnos todos los bienes , no es por su propia uti- lidad ó por su propio interes, ni por ser mas ricó, mas ¿ mas sabio y mas feliz: no amados mios. Su felicidad , su poder y demas infinitas perfecciones no (a) Quis loquetur potentias Domini , audisas facies omnes las des ejus ? Psalm. cv. v. 2. 0