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$ ] $ e | DE SAN FELIX DE CANTALICIO. 215 solo ha tratado las alforjas, los frascos y calabazas, y tal vez la azada en los trabajos propios de lego? Per- suadidos á que yo no conozco otra cosa que la santa cruz y con su inteligencia deseo y procuro entender sola- mente seis letras, las cinco coloradas, y la una blan- ca; y si tuviese gracia de comprehender estas letras perfectamente, no cederia esta sabiduría por la de los teólogos y muestíos de primera clase. Y preguntandole ¿qué letras eran aquellas? Respendia (arrancando un - profundo suspiro y vertiendo lágrimas ): las cinco letras roxas son las cinco llagas de mi Salvador, y la letra blanca su Santísima Madre : rogar por caridad é Jesus y María que me faciliten comprehenderlas leCONSErvar- las firmemente en mi corazon 3 pues para mí estas solas son bastantes , y no deseo saber otras doctrinas, ¡O ig- norancia sabía de Felix , mas feliz que todos los sabios del mundo! Venid , venid DoS ¡ustrados é ins- HATERA mais suio OS Ai con toda vuestra sa-, biduría envueltos en la mas culpable ignorancia. Y vosotras gentes pobrecillas y no os desconsoleis por no saber leer, escribir , contar ni otras cien- cias , tampoco Felix las sabia 5 pero las cinco llagas de Jesus y la amable persona de María Santísima le ser- vian de libro, el dar está igualmente patente para vosotros; solo resta que os apliqueis á meditar en Jesus y María , y que trabajeis como Felix por imitarlos : de esta suerte quedará confundida toda la sabiduria del mundo á presencia de la nada de vuestra ciencia. Los placeres y deleytes de los sentidos son el ter- . cer tropiezo de los hombres ; pero el mundo léjos de huírlos como tropiezo , aspira con ansia á conseguirlos. Los placeres forman la mayor párte de la felicidad del siglo. A ellos se dedican las horas , los dias , y aun los años: para disfrutalos se despoja á los mares de sus peces, 4 los vientos de sus aves, y á los cam-