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o”. er . lA 3 quid es mi: «de a A. de e ¿e dd ¿DERMON, AU. ips , trató de ci lor de la Iglesia Wi is- cradense el pado, itomislio en el mismo Rey- jo de. Bohemia di eo. multa, Facicbat » et iban eum audiebat . Pero así como Herodes llegó por tér- mino de sus, desórdenes á mandar degollar al gran Bautista , tambien Wenceslao mandó inartírizar al ilustre Nepomuceno para colmo de sus iniquidades. ¿Pero por qué causaf Aquí , señores , es menester ala- bar las misericordias de Dios sobre los ministros de los sacramentos , y temer la terribilidad de sus Julen sobre la obstiuacion de los pecadores. Ya os he dicl o que la Reyna Doña Juana tenia por y DN pomuceno. Aquella. señora naturalmen- acia admirables progresos en la virtud con ion de nuestro Santo. Sus costumbres eran ir- A sus palabras edificantes : sus adornos conformes á su 150905 , Pero moderados , limpios. y Epi dues bien Yidas : 5nasS . cion, direqiiente en la fructuosa. recepcion 2. los. sacra- Eqjek ld de los manejos y asuntos gravísi- poetas o extraños de su sexó , y agenos ara que ibi ido conducida 4 palacio y co- iceslao. En suma , Juana d od para todas las Rey- nas y os las señoras jodas de Europa. Sin embar- go, la Reyna no tenía este concepto en el corazon de. su marido. Wenceslao llegó3 4 desconfiar de la fidelidad le su virtuosa muger , sin mas motivo que mirar den» 'o de su mismo corazon un cúmulo de liviandades , y un conjunto de desórdenes que le hacian indigno de. su amable compañía ; y despues de tratarla con tibieza, con frialdad , con despego , y aun con la crueldad mas

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