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JD" * | SeErRMON XIL.. siryan el cuerpo y el alma á su mismo Criador. Hablo de la tolerancia en los trabajos, la conformidad con la divina voluntad en la pobreza , en las enfermedades , en las calumnias , en las persecuciones. Hablo del sufri- miento en la contrariedad de genios , en las penalida= des del estado y del oficio , en la intemperie de los elew mentos , y otras miserias con que nos vemos atribula= dos los mortales. Esta es la mas apreciable , la mas ven- tajosa , y la mas meritoria mortificacion. Esta la que tuvo San Isidro. No penseis que porque era de unas costumbres irreprehensibles le faltáron mortificaciones de todas clases. Las tuvo con sus amos ,con su mus ' ger , consu familia , y con otras varias personas. -:. Mortificaciones con su amo ; pues extrañando éste en cierta ocasion lo mucho que habia cogido Isidro de su pequeña senara , le dió á entender que lo habria hurtado de la suya. ¡Fuerte lance , señores, llamar la= dron á rostro firme á un hombre de bien! ¿Pero qué? ¿pen- sais que se conmovió Isidro? ¿Pensais que montase en cólera , y que se ensoberbeciese? Nada menos. Con una >9 llena de risa , como vulgarmente se dice , con un semblante sereno , y un corazon tranquilo , respondió á su amo ; »No soy ladron, ni Dios permita en mí tan »»malos pensamientos : su divina Magestad reparte los »bienes conforme á su adorable voluntad : él es quien »me ha dado esta grande cosecha : su mombre sea bendito eternamente. Pero si Vm. quiere deponer toda sospecha , llévese enhorabuena todo el trigo , que »yo con la paja tengo bastante.” Efectivamente tomó- le su amo todo el trigo , y el Santo lleno de fe y con- fianza en el Señor , empezó de nuevo á aventar la paja. Reíanse los otros compañeros de su simplicidad; pero en breve mudáron la risa en admiracion y asom- bro , viendo que lo que subia paja , baxaba trigo , has- ta completar otra tanta cosecha como la antecedente. Así manifestó Isidro la mortificacion de sus pasiones, y Dios la proteccion con que defendia á Isidro. -