BCCPAM000538-4-26000000000000

162 SERMON XI. su diócesis. Era un erial espantoso en que no se veian plantadas las virtudes , ó un matorral espeso de vicios y pecados : sin práctica de oracion , sin freqiiencia de sacramentos , sin aseo ni asistencia en las Iglesias , sin subordinacion en los hijos ,sin vigilancia en los padres, sin zelo en los sacerdotes. A un ánimo ménos genero- so que el suyo hubiera acobardado una empresa tan dificil como era reformar su diócesis. ¿Pero qué difi- cultades no vencen la doctrina y el buen exemplo? Empieza haciéndose amar y respetar de todos sús dio- cesanos , visita las Iglesias, pone en órden sus libros, sus ornamentos , SUS altares, sus ritos > compele á los ministros del Santuario al desempeño de sus grandes obligaciones , destierra las discordias , promueve los establecimientos piadosos para los sanos y enfermos; y su modestia , su afabilidad y su entereza en llevar á debido efecto sus santos pensamientos hiciércn una fe- liz transformacion en su Obispado , estabk ciendo la disciplina , promoviendo las virtudes , y aboliendo los abusos. No es fácil imaginar zelo mas ardiente , mas puro , ni mas universal. No habia hombre apostóli- co á quien no animase con sus exemplos , 4 quien no mantuviese con sus socorros, y á quien no protegie- se con su oracion Parece que nadie podia resistirse á la vida tan perfecta, y á la doctrina tan pura de un Obispo tan grande, de un Inquisidor general tan activo, y de un Cardenal tan santo. -Consideradle elevado 4 la silla de San Pedro á so- licitud de San Cárlos Borromeo, que conocia mas bien que otro la santidad de nuestro Pio, y le vereis dar principio á su gcbierno-, arreglando su familia , y cui- dando de sus domésticos para que sirviesen de exemplo á toda la corte romana. Sabia el Santo que es peor que un infiel , segun San Pablo, quien no cuida de su casa, ni atiende á la educacion Alacan de sus domésticos; y por eso sus primeros cuidados se dirigiéron á refor- mar su familia para inspirar despues el mismo designio