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DE LA INVENCION DE LA SANYA CRUZ. 153 los hijos , la altivez en los criados , y la falta de hu- mildad y paciencia en casi todas las gentes? Dime, muger , si hubieras llevado con silencio y con paciencia la condicion dura y áspera de tu ma- rido , ¿quánto cielo hubieras ganado ? Si tu , hombre, hubieras tolerado la cruz que te puso el cielo so- bre tus hombros en el genio de esa tu muger alti- va , soberbia é impertinente , ¿quánta gloria hubie- ras conseguido ? Si vosotros hubierais llevado en pe- nitencia de vuestros pecados la cruz de esos grandes trabajos que padeceis en esos campos para cultivar la tierra , p ra recoger los frutos y mantener vues- tra familia , ¿quánto sería hoy vuestro mérito para la vida eterna 4 ¡Qué pena , y qué dolor tan sensi- bles. para mi «pobre corazón , el mirar á todos su- dando y gimiendo con la cruz de los trabajos , qual con su pobreza , qual con su enfermedad , y casi to- dos pereciendo como aquel infeliz ajusticiado con Jesucristo en el calvario! ¡Qué modo. tan distinto de llevar la cruz tenian los Santos! Ellos, lejos de mirar- la con ceño , y llevarla con enojo , la saludaban con cariño , la abrazaban con amor , y se regocijaban con ella : Salve, 0 bona crux! Dios te bendiga ,'Ó cruz pre- ciosa , decia San Andres , quando vió la de su martirio, ¡O cruz amable que tanta hermosura participaste con el contacto del cuerpo de mi Redentor! ¡Quántos años ha que te busco! ¡Quánto tiempo ha que te deseo! Recibeme en tus brazos y preséntame á Jesus , pa- ra que por tí me reciba , quien por tí me redimió! Tanto es el bien que espero , decia mi Seráfico Pa- dre San Francisco , que me deleyto en las penas. Es- te es el lenguage de todos los justos. Ellos , amados mios , eran hombres como nosotros , frágiles como . nosotros , y de la misma masa corrompida de Adan; pero conoctan que en la cruz de Jesucristo estaba colocada su gloria. Hombre era como nosotros el grande Apóstol San Pablo , y olvidando la eminente Tomo l. V |

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