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DE LA ÍINVENCICN DE LA SANTA CRUZ. 147 pasagera la gloria de una interminable resurreccion. Por el fruto de un árbol nos perdió Adan , y por el fruto de- otro árbol nos ganó Jesuchristo (a). Las guerras , las pestes , las enfermedades , los dolores, la contradicción de genios, la diversidad de parece- res , la intemperie de los elementos , la rebelion de las fieras , la desobediencia de las pasiones á la ra- zon y la ley, con todas las demas calamidades y miserias que lloramos los mortales , son el amar nó. 4 fruto de aquel árbol que contra el mandamiento Dios comió nuestro primer padre Adan. La gloria de los Apóstoles , la corona de los mártires , la diadema de los confesores , la hermosura de las virgo nes , el «amparo de las viudas , la fortaleza de los ancianos, -el gobierno de los jóvenes , el espejo de los religiosos, el ornamento de los sacerdotes , el perdon de los pe- cadores , la gracia de los justos, y la gloria de los bien- aventurados , todo es suave y "delicioso fruto del ár- bol de la cruz , en que dió q vids por redimirnos nues- tro amable Redentor. > La invención pues de este árbol de la de es- ta Santísima Cruz , hecha por Santa Elena , madre del grande Emperador Constantino , despues de ciento y ochenta años que los pérfidos judíos. la tenian escon- - dida con la mas refinada malicia , es la que hoy cele- - bra nuestra Santa madre la Iglesia por pá a orbe christiano. Hoy esta santa Cruz, que por tantos si= glos ántes de Jesuchristo era instrumento de igno- minia , de horror y maldicion, es señal victoriosa que «gloriosamente se coloca sobre “los Cetros y AA de ¡A Reyes, sobre los mas soberbios palacios , sobr> los templos mas magníficos , y sobre todas e qu+tro partes de la tierra. Hoy esta santa Cruz cs ador da en nuestros altares , venerada en nuestros templos , y (a) Per hominem mors , et per hominem resurrectio mortuorum. Ta 1. ad Cor. C. xv. Y. 21.

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