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DE LA ANUNCIACIÓN DE NUESTRA SEÑORA,átC. 127 bumilitatem ancille sue , ecce enim ex boc beatam me dicent omnes generationes. Pero si Ja humildad de la Virgen se nos presenta grande por no elevarse con las alabanzas del Ángeia mayor sin duda parece por no engreirse con la gran= deza del misterio que se la anunciaba , reservándole' de las gentes , y aun ocultándole hasta á su mismo es- poso. San Bernardo, ilustrado de las mas preciosas luces - dela fe, y penetrado de los mas tiernos sentimién= tos de devocion para con la Madre de Dios, no podia' dexar de admirar las disposiciones de su:corazon, y su asombrosa humildad en la elevacion, y muy par- ticularmente su silencio , su sumisión y dependencia respecto de San Josef. Virtudes sublimes para su mis= ma humildad , que hacian decir al Santo*'¡O Señora! ¿de'dónde á vos este abatimiento profundo en un gra-' do tan elevado de gloria? ¿Vos sois la mas humilde de las virgenes, quando os considero la mas glorios; de todas las se Undé ibi ¡Bumiligas 19 Dental Ez tanta humilitas? sn lo 0 hd No es dificil eo es Beste pregunta del Santo.” La Virgen':no ignoraba esta. admirable máxima dic- tada por el A Santo: Humiliatio tua in medio fuji (a): que en noso OS MISMOS , QU o de nosotros. tra humildad : ¡que para ; idilr rol hijos de los hombres no necesitamos “Otra cosa mas que conocer= nos. Porque ¿qué hallaremos en nosotros sino la nada y el pecado? He ahí dos fuentes inagotables de humil-- des reflexiones para nuestro espíritu y de báxos sen=- timientos para nuestro corazon: Humiliatid tua im me-- dio tui. Y siguiendo este principio, 4 qué hacia la Vir= gen para humillarse .en el memento mismo de su'má- yor elevacion á la dignidad de Madre de Dios que la anuncia el Angel en este dia? Mirar á su interior. ¿Y (a) MIER. €. 401 147) 1 7-09 qa? he iq (

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