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118. : SermMON VHL PARTE PRIMERA. Como Dios nuestro Señor nada obra en tiempo, mí por sí inmediatamente, ni por la intervencion de sus criaturas, que ya no hubiese previsto y deter- minado ántes de todos los siglos, es mecesario de- cir que quanto Dios executaba desde el principio del mundo todo iba dirigido por unas leyes eternas é invariables , y todo se encaminaba suave y fuerte- mente al cumplimiento de su santa y adorable vo- -luntad. Apénas nuestra madre Eva, seducida por la serpiente; traspasa el mandamiento de Dios , y hace cómplice á su marido de su pecado , quando ya vemos los primeros anuncios de nuestra felicidad en aque- lla enemistad que Dios pondria entre una muger fe- liz y la serpiente antigua ¿ cuya cabeza se veria pisa- da de sus plantas, á pesar de la astucia infernal de sus asechanzas. Apénas el mundo ve con espanto cor- rompida toda la humana naturaleza , y desordenadas -horrorosamente las costumbres de los hombres, quan= do la infinita misericordia de Dios salva 4 Noe y su familia por medio de aquella Arca prodigiosa , simbo= lo no ménos propio de María , que aquella muger pro- metida á Adan para su remedio. La vara de Jesé sin nudo de original deformidad , ni corteza. de actual ni habitual desórden : la zarza de Moysés que ardia en- tre las llamas sin quemarse: la urna de aquel Maná que contenia todos los sabores : el arca del Testamento que protegia al pueblo Santo , y otras alegóricas y misteriosas representaciones del antiguo Testamento, todas nos iban delineando , aunque entre sombras y distancias, el bello quadro del retrato de María. Mas de quatrocientos años ántes de aparecer en el mun- do esta Señora ,-el Arcángel San Gabriel descubre al Profeta Daniel sus perfecciones , y: le revela el tiem- po preciso y determinado en la divina mente para . /