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72 Exercicios ESPIRITUALES. sino que vivamos con el uso 'mas moderado ¡de los bienes del monasterio. Segunda. Tened presente, venerables Religiosas, que si en el estado feliz de la inocencia fué criado el hombre para mandar todas las cosas, y usar de todas ellas segun. las santas leyes del Criador; en el estado de la naturaleza corrompida y desordenada por-el pecado , fué conde= nado á comer el pan. con el sudor de su rostro, y expe- rimentar las rebeldías de todas las criaturas, y el mo- tin de sus pasiones propias. Una misericordia grande del Señor fué el habernos permitido usar de ellas para el remedio. de nuestras necesidades. Nosotros habiamos ya perdido esta ventaja por la culpa, y las mismas criaturas nos hubieran castigado por ella, si el Omni- potente no las hubiera enfrenado, reservando el conce- derlas este permiso hasta el último dia de los tiempos en que las armará para tomar venganza de todos sus enemigos: Es armabit_ creaturam ad- ultionem- inimico= rim. Se nos concedió pues el uso de ellas por una parti= cular misericordia del Señor, pero nunca para usos su- pérfluos, para usos viciosos, para usos criminales. Esta es una obligacion para todos los: christianos , sea que vivan en medio del mundo , sea que se hallen retirados en los mas silenciosos monasterios. Lo que en la reli= gion nos diferencia de ellos , es la. mayor moderacion que debemos observar en el uso de las cosas necesarias, -Allá en el siglo les son permitidas ciertas comodidades, variedad de casas y palacios , preciosidad de muebles, riqueza de vestidos , abundancia de mesas, multitud de criados , segun el órden de clases y condiciones en que los hizo nacer la divina Providencia. Seria un insen- sato el que precisase á vivir á un hombre poderoso , á un Principe, á un Soberano , con la misma: estrechez y miseria que un pobre menestral, ó-un fatigado cultiva»

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