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366 Exercicios ESPIRITUALES. cionados para su santificacion? ¿No podia decir Dios ámla Religiosa , lo que dixo á Israel en otro tiempo: quiéimas debí yo hacer por tí que mo haya hecho? Yo te:he «sacado del Egipto del siglo:-yo te he: condu= cido4una tierra de promision, yo te he mantenido con el maná celestial, yo te: he abrigado debaxo de mis alas para librarte de todos” tus enemigos, .yo te sumi- nistré armas para. resistirlos, para rechazarlos y ven- cerlos: Quid ultra debut facere, et non- fecit-¿ Qué mas pude hacer por ti? Mis ilustraciones, mis gracias, mis Ángeles , mis Sacerdotes , mis templos , mis sacramen- tos , todo lo empleé para favorecerte: mada te- pedia superior' 4 tus fuerzas: mada te era imposible“ con los socótros de mi gracia: no puedes quejarte de mí ni de mi providencia; pero yo debo ahora exáminar qué quejas he de formar contra tí, y pesar en la balanza fiel de mi justicia el abuso criminal que has hecho de tantas misericordias: ES Quarto. Este es el punto decisivo: ved ahí el término fa- tal, y el desenlace de este peligroso procedimiento. El Evangélio nada nos anuncia sobre ésto que no- sea formidable y funesto. El Hijo de Dios le pide fruto á una higuera , y no hallándole , la maldice: él mismo manda arrojar 4 las tinieblas al siervo perezoso: él mismo árranca el talento de aquel que no quiso 'apro- vecharse? de su valor: él mismo- destierra del convite nupcial%al' que entró en él sin véstido conveniente, y él mismo “arroja: del templo 4 losque le profanaban. ¿Qué podrá esperar una Religiosa disipada, que ha- biéndola plantado Dios en el jardin de su casa como una higuera hermosa y fecunda , no dió frutos de vir- tudes', sino apariencias: y exterioridades? ¡Ay de mi! Debe temer que arrancándola con indignacion , que córtándola con severidad, dé con: ella en-los braseros

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