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DIA DÉCIMO, 561 miento triste, pero necesario! Reflexion tremenda, que horrorizaba al grande Arsenio, que hacia estremecer 4 San Hilarion, y.obligaba al irreprehensible Job 4 pedir á. Dios que le .escomdiese en las entrañas de la tierra , y no le precisase-á. comparecer en: su juicio; porque ninguno , decia el Santo, podrá en él justifi- carse si no usa el Señor de sus antiguas misericordias; Pero, venerables Religiosas, por mas triste y pavo= roso que sea este pensamiento» ¿dexa de ser del todo verdadero ? Porque nosotros ¿le omitiésemos en estos santos Exercicios, ¿dexaria él de ser un dogma de nues- tra fe? Vamos, pues, á presentarnos en él con la cou- sideracion , y procuremos sacar de. ella el fruto que debemos. Dios. nos juzgará. ¡ Verdad terrible!.¿Y qué forma de juicio observará Dios con nosotros? ¡Ver- dad, espantosa ! Antes que se verifique, tratemos de juzgarnos á nosotros con. rigor, y Dios nos juzgará con misericordia. A ella apelamos ahora , Dios. de piedad y. de cle- mencia , poniendo. por. nuestra abogada.é «intercesora á vuestra purisima Madre. No nos desamparetis.,' refu- gio de los pecadores .y..esperanza de los justos: 4 vos acudimos los miserables hijos de Eva, gimiendo: y llo- rando nuestras debilidades en este valle de lágrimas. No nos desampareis , ó. Santisima Virgen María ma- dre de Dios, ahora , ni en la hora de la muerte, ni en el tremendo, juicio del Señor , de que voy, 4. hablar á estas venerables Religiosas. No pretendamos. lisonjearnos 4 nosotros. mismos con la pureza del hábito, que vestimos , ni con la san- tidad que exige de ñosotros, y que al parecer, demmues- tra la profesion monástica que abrazamos » ni con los innumerables medios de .perfeccionarnos. que en+ela tuvimos. ¡Ay de mi! Todo esto no nos exime del jui- cioy todo esto, hará precisamente nuestro juicio, mas Se- vero : Omnes. nos manifestari oportet y. decia el Apóstol San Pablo, : No, solo. los seculares .relaxados: no solo Zz

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