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DIA NONO. 327 Es menester , venerables Religiosas, para cumplir este grande precepto del Señor, amarle únicamente, amarle á él solo, y desechar del corazon quanto pue- da desterrar ó disminuir este santo y puro amor. Yo bien conozco que ésto exige una perfeccion muy ele- vada : que ésto pide un desasimiento y desnudéz del corazon muy pura, y que el mundo, el demo- nio y las propias pasiones lo repugnan fuertemente; pero el que robusteció 4 San Pablo para que pudiese decir que estaba cierto de que ni la:tribulacion, ni la angus- tia, ni los tormentos, ni la muerte le: apartarian del amor de Jesuchristo , nos sostendrá tambien á noso- tros , si nos resolvemos como él á buscar , no nues- tra propia gloria , sino: la del Señor, Si nos determi- namos á imitar el juicio de Salomon quando negó la peticion de la fingida y cruel madre , que queria se partiese por mitad-un niño que ella y otra su com- petidora pretendian, y mandó dársele entero á su verdadera y legítima madre. Dios pide nuestro cora- zon enteramente, porque le crió , porque le. redimió, porque le conserva, y porque es y debe ser única- mente suyo; pero el diablo insta diciendo: dividatur, dividatur , consérvese una parte para amar los re- cuerdos y viciosas memorias de los desórdenes pasa- dos. Dios pide todo el corazon para adorarle á él so- lo, para servirle ,: obedecerle y amarle á él solo; pe- ro el mundo clama: dividatur , dividatur ,: aplíquese una parte de él para seguir mis máximas, para acom- pañar en ellas á tantos otros como las siguen ; y pa- ra saber y experimentar de todo, de Dios y del mun- do. Dios pide el corazon, porque es zeloso , y. mo ad- mite competidores; pero las pasiones vocean: divi- datur, dividatur, algun ensanche hemos de tener, no del todo hemos de estar siempre sujetas, nó son tan reprehensibles las afecciones geniales ,. el apego á ciertas menudencias, la condescendencia con algunas pequeñas libertades; y de este modo los tres enemi- Anciil Lo lo Bt

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