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326 ExErcicCioS ESPIRITUALES. ran magnífico bienhechor! ¡Y qué sentencia tan ter- rible será la vuestra , si no le amais únicamente ! Esta es puntualmente la Segunda parte. Reflexionad , venerables Religiosas , ton el Padre San Agustin , que así como. no podemos mirar á- un mismo tiempo al Cielo y 4 la tierra ; de la misma suerte no podemos amar á un: mismo tiempo á Dios y al mundo. Si amamos las cosas ilícitas del siglo, desterramos de nuestro corazon el amor puro de Dios, porque Dios y el diablo no pueden habitar juntos en un mismo corazon. Si el diablo entra por el pecado desampara al corazon la gracia de Jesuchristo; y si la divina gracia existe en el corazon , huye el demo- nio. Quando las cosas que amamos no son ilícitas , si= no indiferentes ó moralmente buenas , tanto disminui- mos del amor de Dios quanto le ponemos en ellas , 4 no ser que- las amemos en Dios y por Dios. Así lo decia el Padre San Agustin en el libro de sus con- fesiones por estas palabras: Minus Domine te amat, quid. aliud tecum amat , quod propter te non amar (a). Comprehenderiamos esta verdad si reflexionáramos el modo con que Dios' nos manda amarle. No dice que le amenos con parte “del corazon, con algunas de las «fuerzas ó en compañía de los honores , de las ri- quezas, pasatiempos y vanidades del mundo : no con un corazon partido , dimidiado é irresoluto , sino con todo el. corazon, con “toda el alma , y con todas las fuerzas “de. nuestra voluntad. De otro modo no 'se puede cumplir este precepto , dice el Padre San Ba- silio: Cum-ex toto :orde dicit , divisionem nullam' ad- mitit , unde qui: amicus Dei perfectus est, ei totam ani- mam ¡tribuit (b). (a) Lib. 10. conf. cap. 29.5 (b) * Hothil. 12. in psalm. 44
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