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EXERCICIOS ESPIRITUALES. 39 bprA OCTAVO PÓR LA. TARDE, - MEDITACION > PRIMERA Que debemos amar á Dios por los males de que nos ha librado. s CSonsidertste; alma mia , esta mañana el nunca bastante bien agradecido beneficio, de haberte Dios resucitado de la muerte de la culpa -á la vida de la gracia? ¿Consideraste que este don del Cielo le reci- biste sin mérito alguno tuyo bueno, y con muchos de- méritos malos , por pura y gratuita misericordia del Señor? ¿Consideraste que él siempre ha sido para tí Padre piadoso, amigo' verdadero, liberal protector, bienhechor magnífico , juez misericordioso , y perdo- nador de tus culpas sin límites ni tasa ? ¿Y qué jamas has experimentado que el Señor no fuese para tí ale- gría en tus tristezas , remedio en tus males, salud en tus enfermedades , consuelo en tus aflicciones, paciente en esperarte, benigno en recibirte, y misericordioso en perdonarte? ¿Y no has desfallecido de amor á su bondad ó muerto de contricion al pensar que tú , alma mia, has sido ingrata á sus beneficios, rebelde á sus mandamientos, desconocida á sus finezas , y que has vi- vido como si Dios no existiera, ni hubiera castigo eter- no para tu pecado? ¡Preciso es que su misericordia sea infinita, pues no la ha superado tu cbstinacion! Eleva tu entendimiento al conocimiento de esta verdad, y procura que tu voluntad arda en Jlamas del divino amor. Pero no olvides otros beneficios que aunque de un órden inferior no dexan de ser muy apreciables. Mira quánta multitud de personas nacieron Cie-