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DIA SÉPTIMO. 243 cion quando alaba la pequeña limosna de la pobre viu- da, sobre todas las que habian: dado: los hombres ricos y poderosos al magnífico templo de Jerusalen (2). Ya veis, Señoras , que el punto que vamos a tratar es de mucha consideracion en la vida espiritual : es como ina mina de oro para enriquecerse el alma en poco tiempo: es como la vida para el cuerpo, y co= mo el alma de todos los movimientos y virtuosas; ac- ciones de las criaturas. No:es,:pues, en este sentido una virtud particular, sino umexercicio de todas, y singu- larmente del amor de Dios. Todas sabeis que la cari- dad es como un fuego celestial que no puede estar ocio» so, ni seaquieta su actividad con solo levantar la lla» ma: y alumbrar con ella: trata de reducir á cenizas todo lo impuro é imperfecto de las obras, y de acalo- rarlas ¿ encenderlas y abrasarlas, dirigiéndolas por la pura intencion al sumo bien. Justo es, venerables Re- ligiosas, que expliquemos un poco mas esta materia, diciendo , qué cosa sea esta intencion , quántas sus di- ferencias , quáles sus condiciones , y de qué principios ó reglas podreis valeros-para saber: si obrais con esta pureza de intencion , reservando para la tarde el ha- blar de los:medios para conseguirla. Vos , Dios mio, de quien todo bien desciende , ¡lu- minad nuestros entendimientos con la luz de vuestras santas inspiraciones, y abrasad nuestra voluntad con el fuego de vuestro amor divino; para que todas nues- tras:cosas vayan dirigidas á mayor honra y gloria vues- tra y bien de nuestras almas. Jesuchristo mos enseña en su Evangelio eterno que toda la divina ley y todos los preceptos que nos intimaron los Profetas estan maravillosamente com» (4) Respiciens autem vidit eos qui mittebant munera sua in gazo- phylacium dtvites ; vidit autem er quandam viduam pauperculam mmtten. tem era minuto duo , et dixit: vere dico vebis quia vidua hee pauper plusquam omnes misis, Luc. €, 1. Hh a

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