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240 Exercicios ESPIRITUALES. vios ó emanaciones de las flores y todas las demas es= pecies aromáticas , que ni mi vista las alcanza , ni mi lengua fas toca, ni mis manos las palpan, ni mis oidos las sienten? Nada criaste en vano , y por eso proveiste 4 mi cuerpo del sentido del olfato, para que él fuese el recibidor de estos olores , y por su fetidez-ó suavi= dad, se:apartase de lo nocivo y procurase lo convenien- te para preservacion de todo «el cuerpo y su conserva- cion. El tacto 4 diferencia de todos los demas sentidos, no le determinó y ciñó el Señor á cierto y único sitio del: cuerpo, sino que le extendió desde los pies hasta la cabeza para la utilidad comun; pero resplandece este oficio muy particularmente en las manos, cuyo artifi- cio demuestra hasta la misma evidencia la sabiduría del Omnipotente Dios. ¿Qué dedos formados de acero, de bronce , de pedernal ó diamantes resistirian tanto al trabajo sin disminuirse? ¿Qué mano hecha de cera ó de qualquiera otra materia suave y blanda, seria tan fá= cil y pronta para doblarse y ponerse en aptitudes dife- rentes ? ¿Cómo puede unirse Una: textura tan: delica- da y fina, con una firmeza tan robusta y permanente? ¿Quién dió á nuestro cuerpo esta rectitud tan propor- cionada y que ni exceda por lo excesivo, ni'parezca despreciable por lo diminuto? ¿Quién imprimió con su presencia el espanto en todos los animales?:¿ Quién...: ¡Pero ay! todos mis huesos claman, todos mis sentis dos: dicen: somos obra de 'las manos de Dios.. Conoce esta» verdad , alma mia, y empléate en amar á tan maguífico bienhechor. o 1) 1
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