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DIA QUARTO. 133 tumbrémonos á decirlos cada dia , y agenciarémos sin molestia un tesoro para el Cielo. ¿Avivamos la fe quan- do concurrimos al coro?... ¿Tenemos presente que babla- mos con Dios?... ¿ó admitimos voluntarias distraccio- nes con una fe lánguida y moribunda? ¿Quando nos acércamos 4: los Santos Sacramentos, creemos sin la menor duda la presencia de un Dios Eterno en la Euca- ristía, y el perdon de los pecados en la confesion fruc= tuosa?... ¡Ay! ¿si la fe estuvizra viva; quáles serian nues- tros seftimientos al acercarnos á los pies de los minis- tros. de Dios? ¡Quántas impertinencias evitariamos! ¡quántas conversaciones desterrariamos! ¡quántos peli- gros huiriamos ! «¡quántas lágrimas derramariamos ! ¡quántos afectos de humildad, de amor , de agradeci- miento , de alabanza exálaria muestro corazon al recibir al mismo Dios! Quando leemos en los libros de piedad y sana doctrina , quando escuchamos los sermones, quando asistimos á la oracion en particular ó en compa- ñía de las otras Religiosas , ¿en qué se ocupa nuestra fe? Todo esto es don de Dios: todas són «misericordias de Dios. ¿Cómo las creemos?.... ¿cómo nos. aprovechamos de ellas en órden al fin para que Dios nos las conce- dió?... ¿Gustamos de leer libros prohibidos, poesías pro- fanas , novelas amorosas , ú otros papeles que puedan destruir ó debilitar por muestros cortos conocimientos la firmeza de nuestra fe?... ¿Admitimos dudas voluntarias, ó nos entrometemos en disputas impertinentes sobre las verdades eternas , y los misterios adorables de nuestra Sagrada Religion?... ¡Ó venerables Religiosas! ¡qué gran- de es, el mérito de una fe humilde, sencilla , que des- cansa sobre la veracidad de. Dios! ¡sobre:la santidad dé Dios! ¡sobre la omnipotencia de Dios! +, Y i Exáminémonos tambien sobre-la virtud dela espe= ranza. Esta es tambien, como la fe, una virtud:sobrenatu- ral, teológica , infusa en nuestras almas-por-Dios ér el dia felíz d> nuestro santo bautismo ;. por ella esperamos conseguir la bienaventuranza en la otra vida; y en ésta,

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