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ci .e A o IR 108 Exercicios ESPIRITUALES. nester que criase Dios, para darle su merecido castigo? ¡Ay mis venerables Religiosas! No perdais jamás de vis. ta esta grande verdad : que á todo debeis preferir vues- tro Esposo, porque él es el mas amable ; y que debeis dexarlo todo por mantener su correspondencia y su amor , porque es el mas zeloso. Pero esto es cabal- mente la materia del SEGUNDO PUNTO. Sí , mis venerables Religiosas , vuestro Esposo es muy zelozo , no admite competidores , quiere ser solo, pide todo el corazon , no le admite dividido: es pre- ciso el resolvernos á amarle á él solo, ó quedarnos sin él. No es posible servir á un mismo tiempo á dos seño- res , cuyos intereses són encontrados y opuestos , dice el santo Evangelio de Jesuchristo. No es dable que ha- biten á la par en el corazon de una Religiosa Dios y los hombres , Dios y-el mundo , Dios y la carne, Dios y las visitas peligrosas, Dios y las comunicaciones poco honestas , Dios y los mútuos regalos -de los ami- gos de las pasiones , Dios es cartas freqiientes con expresiones nada puras, Dios y las miradas libres, Dios y los pensamientos desenfrenados no resistidos: Aut enim unum odio habebit, aut alterum diliger. La Re- ligiosa que desgraciadamente quisiera vivir de esta manera menospreciaria 4 Dios por vivir á su modo con las. criaturas , Óóse veria en la necesidad dichosa para ella de abandonar. el trato peligroso de las cria- turas pará vivir á solas con su Dios. No hay efugio, Señoras , es menester renunciarlo todo para mantener con fidelidad la palabra dada en la: solemne profesion á vuestro Esposo. Vosotras , como christianas , no solo debeis abor- recer aquellos pecados vergonzosos y feos , cuyos nom= bres mo queria San Pablo se oyesen en nuestros labios, sino que debeis mirar vuestro cuerpo como templo del
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