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Dra: sexTO. 71 solicitan, los buscan, se compran á qualesquiera pre- cios, se guardan y se defienden contra las justas pro- hibiciones , pcultándolos'á la vista de quieñes pudie. ran recogerlos. ¡Qué desgracia, señores si húubiéra entre nosotros ,-lo que Dios no permita , quiénes da vez de enseñar con el exemplo y la palabra la obe- diencia que se debe: á. las potestades legítimamente establecidas”, enseñara con la voz y:con'la práctica á eludir susjustas providencias! ¡Qué desgracia sihubie. ra dinero para tomar estos libros, y no'para la sánta biblia! No: nos. detengamos mas; pero confesentos de buena fe que no'hay legítima excusa para comprar buenos libros eri que: aprender la: ciencia sácerdotal que dexamos explicada. Esta ciencia qhe“ñós manda Dios en sus divinas Escrituras, amenazándonóos'con la' exclusion de su amistad y su gracia si nola poseemos: esta ciéncia que nos prescribe la santa madre Telésia en sus Concilios y Cánones , por los que se nos pró= hibe la recepcion de los: sagrados órdenes, si no la hemos adquirido : esta ciencia que nos ordenan los Vicarios de Jesuchristo y sucesores de San Pedro, en- cargando á los Obispos que no admitan al estado sas ,: 931£ £0n páiis illorum , invenerunt peciniam denariorim quinquagin=" ta milliim, Ita fortiter crescebat ver bib Dei > er confirmaba “o, dr. In Act. Apostol. 0: x1x. y. 19.et '20.* * di

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