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Dra sexrTo. 57 En qualquiera parte que fixemos nuestra conside- ración, sea en el cielo Ó:en la tierra, en el Criador ó las criaturas , en las leyes divinas y humanas, halla- remos expresamente mañdada la ciencia á los Sacer- dotes, Reflexionad un poco sobre esta grande verdad, y la vereis encomendada por: las divinas Escrituras, por los sacrosantos Concilios , por los:Sumos Pontífi- ces, por los sagrados Cánones, y por los Santos Pa- dres de la Iglesia. Vámoslo viendo con la posible bre- vedad. En el principio'me oisteis que mandaba Dios por su Profeta Malaquías, que los labios del Sacerdote fuesen el depósito de la sabiduría, y que él la'comu= nicase los pueblos'como ángel del Señor. Por el Pro- feta Ageo encarga 4 1os pueblos qne busquen la ley, y suinteligencia en los Sacerdotes, én quienes necesaria: mente supone la ciencia y conocimiento de la ley (1). Y por el Profeta Oseas amenaza el Señor privar del Sacerdocio al que no tuviere y buscare la ciencia (2): Con no. menor claridad y expresion vemos este mandato en el nuevo Testamento, en donde Jesuchris: to , Dios y hombre verdadero, llama luz á los Sacer- (1) Interroga Sacerdotes legem. Aggxi; co11: y. 12. (2) Quia tu scientiam repulisti, repellam te ne Sacerdatio JFungaris mihi ,: Osex , c. 1y. v. 6. Lom, 11. H

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