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DIA DECIMO 381 os intrusó en el clericato aquella conducta tan poco digna de un ministro del verdadero Dios , que obser- vasteis en el templo, aquella ambicion desmesurada para pretender las prebendas eclesiásticas, superio- res á vuestros méritos , incomodaron á vuestros pró- ximos , os separaron de vuestro Dios , y os hicieron perder su paz: Iniquitates vestre diviserunt inter vos , et Deum vestrum. ' ¡Ay, señores! ¿Cómo puede tener paz un Sacerdo-= te vicioso, quando en el púlpito se reprehende y con- dena á. sí mismo, en lo que condena y reprehende á sus oyentes?¿Quando en el confesonar io se mira cóm- plice y participante de los pecados de sus penitentes? ¿Quando en el altar , la razon y la fe le demuestran ser un sacrílego., que descaradamente atropella, pisa y conculca el cuerpo y sangre de su adorable Reden- tor? ¿Cómo puede disfrutar los dulces bienes de la paz á la vista de sus presentes pecados? ¿En presencia de los:escándalos que ha dado á sús próximos? ¿Delante de Dios ofendido porsus culpas? Non est pax ossibus: meis a facie peccatorum meorum (1). Sí, Dios mio, de- cia afligido delante de Dios el Profeta Rey David: yo lo confieso : mi pecado está siempre contra mí: su memoria me aflige, su vista me espanta , los huesos (1) Psalm. xxxvH. v. 4

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