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Dra DECIMO, 379 con la contemplacion de Dios, se robustezca y per- feccione en la bienaventuranza (1): le dan aquel don del Espíritu Santo, aquella verdadera paz del hom- bre, aquella libertad verdadera que gozan. los que dominan su carne con las leyes del espíritu, y gobier- nan su espíritu con la voluntad de Dios, como decia eloqiientemente San Leon Magno: Tune est vera pax hominis, et vera libertas, quando caro animo judice regitur, et animus Deo preside gubernatur (2). Considerad este dichoso estado , y jamas le vereis en la vida deun Sacerdote vicioso. Preguntad en to- dos los.reynos; viajad por. todas las provincias, vi- sitad todos los lugares de la christiandad ,. nunca hallareis pacíficos los Sacerdotes relaxados: Quis res. titit. ei, et pacem babuit? preguntaba el santo Job(g): ¿quién resistió: 4 Dios, y logró paz? Ninguno cierta= mente : ellos 4 la manera de un mar inquieto con sus fluxos y refluxos, de un mar borrascoso con sus freqiientes-tempestades y uracanes violentos, buscan la paz donde lá pazsno se halla, y por eso no la encuentran : pax, pax, et non erat pax. La buscan en los deleytes de sus sentidos y en los placeres tor- (1) S. Isid. Hispal. de surmimo bono. (2) /S. Leo Mag. serm. 1. de Quadrag. (3) Jobce.1x.v. 4. Bbb 2