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Dia NOVENO. 275 ya resucitó de aquel estado, ya dexó la tibieza y floxedad:, ya se llenó de un nueva:fervor , ya no ess tá mas en aquel estado :de'languidezt¡ Qué dicha la de un ministro de Jesuchristo que'entró 4 los Exer= cicios avaro , lascivo y soberbio ; y ya surrexit: mom est bic, dexó su avaricia;, dexó.su lascivia y abando- nó su soberbia! ¡Quéxcontenta él:dde ma alma ocia+ sa, disipada, escandalosa al principio delos Exerci- cios; y ya surrexit , non est bic , abardónó sus,es= cándalos , desterró su ociosidad y disipacion? ¡Ada! ¡qué dicha , qué felicidad la tuya:, alma mia ;:si: na solo resucitáras ,sino que te transformáras y mudá-= ras enteramente , renovando tu interior , regulando tus deseos, purificando -tús afectos, dirigierido: tus fines é intenciones; humillando tussobetbias y :álens tando tus tibiezas, desengañándote 'de 'tus+errores; 'desterrando tus falsas ideas. y. formándote' enteras mente ún_corazon nuevo !¡ Qué dicha: quóselicidad la tuya, sipasando: del.alma-a] cueopovte renievas4 reformas en Jo-exterior, vistiendo' hónestamente , cos miendo frugalmente., asistiendo al coro y demas ¿ua- ciones eclesiásticas prontamente, estudiando fre- qiientemente , hablando modestamente , divirtiéndo- te templadamente, y edificando al mundo constante- * mente! ¡Qué dicha y qué felicidad ! ¿ Pero qué es lo que digo , Dios mio? ¿Será esto así? ¡Ay de mí! Estos Mm 2

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