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258 Exerc1cios, EsPIRITUALES. puedo ménos de deciros que por la avaricia perece- reis. Este vicio detestable los mantiene con la plura- lidad de beneficios reprobada por las leyes de la Igle- sia , como lo acabais de oir; y este mismo los hace conservar lo superfluo de sus rentas eclesiásticas sin expenderlo en pobres y otros usos piadosos , como €s de su obligacion. SEGUNDO. Para demostrarlo no tenemos necesidad de otra cosa que hacer presentes fiel y sencillamente los de- cretos conciliares, las determinaciones de los Pa- pas , las doctrinas de los Santos, y de algunos po- cos canonistas ; por no hacer interminable esta Plá- tica , aumentando decisiones canónicas, y Otras prue- bas. de los autores eclesiásticos mas clásicos y acre- ditados. Demos principio por el Concilio de Trento, que por ser el;último general debe fixar nuestra atención en esta parte. Habla con los Obispos , y les dice: ““Se-les veda y prohibe del todo que de las rentas eclesiásticas no cuiden de aumentar sus COnsan- guineos y familiares , como los Cánones de los Após- roles lo prohiben , diciendo : que las rentas ecle- siásticas ; que son de Dios, no se donen á los pa- rientes, siño es siendo pobres, y como á tales se las distribuyan 3 pero que estas no.las disipen, y

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