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Dra NOVENO. 249 Espíritu Santo (1). Este vicio es una verdadera idola- tría, asegura el Apóstol San Pablo (2): aquello adora el hombre que ama, y allí pone su corazon donde tiene su tesoro (3): el bebedor en su vientre, el lasci- vo en su torpeza y el avaro en su dinero, como dice San Gerónimo (4). Sin embargo, ¡ó. dolor, digno de llorarse con lágrimas de sangre! todos sirven 4 la avaricia: todos estudian en sus detestables libros, dice el Espíritu Santo (5). ¿Es esto posible? Sí, señores: 4 minore usque ad majorem omnes avaritic student. Pues si este abominable vicio es tan horroroso en los secu» lares ,¿quán detestable será en los Sacerdotes? Si aquellos por la avaricia se convierten en fraudulen- tos, en injustos, en ladrones, en opresores de los de- rechos de sus próximos, en crueles é inhumanos, ¿qué monstruos tan abominables serán los Sacerdotes ava. (1) Niñil est iniguius, quam amare pecuniam. Eccli. e. x yers. 10. (2) Avaritiam, que est simulacrorum servitus. Epist, Paul, ad Colos. c. 111. y. $. (3) Ubienim est thesaurus tuus, 3bá est et cor tuum. Matth. €. VI. vers, 21, (4) Cor haber Sulosus in ventre , amator in libidine , avao rus ín pecunia, Cap. v. in Epist. ad Ephes. (5) Aminore usque ad majorem omnes avaritive studente Jerem..c: vr. y. 13. Tom. II, l ¿Ge