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Dra NOVENO. 7 243 rompen ,los monumentos se abren , los muertos re sucitan, la tierra con espantosos terremotos se es. tremece , el cielo se enluta , el sol se eclipsa , la lu- na se esconde, el velo del templo se rasga , los An» geles lloran derogado el privilegio de su misma im- pasibilidad , los demonios se confunden , la muerte queda muerta, y todas las criaturas insensibles por su naturaleza dan señales de profundos sentimientos, ¿Y qué es esto , alma mia, qué es esto ? ¡Qué ha de ser! Que se cumpliéron las profecías, se verificáron los oráculos, se descubriéron los misterios que anuncia» rón la muerte del Autor de la vida, del Unigénito del eterno Padre y de María Vírgen; Que aquel gran Dios eterno, inmenso y soberano, que-con su virtud om- nipotente crió todas las cosas : aquel gran Dios, que formó de la nada esos hermosos cielos , con sus pla. netas , estrellas y signos: aquel Dios que produxo los elementos , y depositó en ellos las aves, los peces, los animales , las plantas, flores y frutos : aquel Dios que con su adorable providencia rige, gobierna sy provee á todas las necesidades del universo: aquel Dios que tiene colgada de sus dedos la redondez de la tierra, y que con sola una mirada hace tem- blar las columnas del firmamento : este gran Dios vestido de la humana naturaleza , por un puro efec. to desu infinita y excesiva caridad , á los treinta Hh 2