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Dia OCTAVO. 185 be, quando ya $. Pablo:lloraba esta desgracia en los mejores dias del christianismo? Pero bendita sea eter- namente la adorable providencia,del: Señor que ha provisto de remedios á esta calamidad en todos los siglos, El Papa Anacleto.en. su segunda carta dice: “ Debemos llamar percusor y-homicida al predicador que con-sus sermones inútiles hiere: y mata las con» ciencias de los enfermos; y por tanto-conviene admi» tir solamente aquel sermon que sea fiel en lo que en- seña , poderoso y- eficaz en la doctrina santa para consolar y redargúir á los. que la contradicen en las obras, y .confortar:á.los que viven bien , mantenién= dose en la rectitud de la fe (1).” Los sagrados Concilios igualmente nos presentan remedios muy oportunos para curar esta. maligna;en- fermedad. El Senonense dice estas preciosas palabras: “Sean los predicadores discretos en sus palabras,.no digan lo que deben callar, ni callen lo que deben de- cir; prediquen el santo Evangelio, funden sus sermo- nes y doctrina en las exposiciones de los santos Paw (1) Sand percussor ille doctor dicitur , qui sermone inutili conscientiam percutit infirmorum: ided tenere vos, et omnes fi- deles oportet cum sermonem, qui secundum doctrinam fidelis sit: ut potens sit consolari in doctrina sancta., et contradicentes rem darguere , etrecte viventes , atque etiam rectam fidem tuentesy consolidare. Anaclet. Pap, Ep, 11. extat in c. Sane ¿ distinta XLY. Tom. 11. Aa

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