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Dra octavo. 169 porales de las viudas, de los griegos y otros con- vertidos. Este es aquel ministerio divinísimo , como le llama San Dionisio Areopagita (r) : mayor y mas grande que resucitar los muertos , como dice San Gregorio (2): superior á todas las limosnas que pueden darse, como afirma San Juan Chrisóstomo (3); y que el que tratase con: recta intencion y corazon puro y sencillo de convertir 4 Dios al pecador, salvará su alma, y Dios le perdonará sus pecados, como nos lo dice Santiago (4). ¡Grande excelencia es resplandécer en el cielo por toda la eternidad , como brillantes estrellas los que ins- truyeron , enseñaron y predicaron á muchos el ca- mino de la justicia! Pero , venerables Sacerdotes, Ubi est litteratus? Ubi legis verba ponderans? Ubi (1) Omnium opns divinissimum est cooperari Deo in salia fem animarum. Sanct. Dion. Areop. de coelest. Hierarch. (2). Majus miraculum est y predicationis verbo peccatorem convertere , quamcarne mortuum suscitare. Sanct. Greg. lib. 1y. Dialog. Cc. xvrt. (3) Si immensas pecunias panperibus eroges , plus támen efficeris , si unam converteris animiam. Div. Chrisost. sup. 1: ad Cor. hom. 111. (4) Qui converti fecerit peccatorem ab errore vie sue, sala wabit animam suam d morte , et operiet multitudinem percató rum. Jacobi Epist. Cc. y. y. 20, eicddó Tom. II, E