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Dra octavo, 155 juntamente, con dos naturalezas distintas , la divina y la humana. Igual á Dios por la naturaleza divina: menor que Dios por la naturaleza humana. Perfecto Dios, y perfecto Hombre ; pero sola una persona di- vina , que es y se llama Jesuchristo, ¿Has oido, alma mia? ¿Has comprehendido lo que acabas de oir? Pues considera que no se conten- ta la fe con enseñarnos que el Hijo único de Dios se hizo hombre, sino que se vale de un término que nos da á conocer que escogió lo mas grosero y mas ter- restre del hombre, que es la carne: Es Verbum caro Factum-est, Esta carne tan digna de menosprecio: esta carne sujeta 4 tantas miserias : esta carne que nos es comun con las bestias, la juntó Dios consigo, y se la hizo comun con nosotros: Quam incomprebena sibilia sunt judicia Dei > et investigabiles vive ejus! ¡O abatimientos! ¡Ó anonadamientos de un Dios, qué incomprehensibles sois! ¡O soberbia del hombre no-ménos incomprehensible ! ¿Es posible, alma mia, que á vista de la humildad de Dios, puedas alía mentar en tu corazon un orgullo luciferino? ¿No sufrir la menor humillacion que te suceda? ¿ No so- brellevar una palabra que te hiera? ; Norecibir con docilidad y sin enfado el menor aviso que te den los superiores? ¡O qué delicada eres, alma mia, 4 la mas ligera reprehension ! ¡Qué zelosa de ciertas Va