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Dia síptIiMO. 121 pecaminosos. Se condenará quien retenga injusta» mente los bienes agenos ; pero no se salvará quien no dé á los pobres de los propios bienes, La humildad Christiana es el cimiento de la vida espiritual, ¿crees tú, alma mia , que hay muchos edificios fundados so- bre esta base? Es artículo de fe que los avarientos, los fraudulentos, los soberbios,:los lascivos no en- trarán en el reyno de los cielos , si no dexan de serlo por medio de una verdadera y legítima penitencia; «de modo, que:ó no.se ha de haber perdido la inocen- cia, óse ha de recuperar con el arrepentimiento. ¿Pues quántos hay ó tan inocentes , ó tan arrepenti- dos? ¡O Dios mio! ¿Quién vive con tal pureza de cos- tumbres, 6:en el exercicio de una condigna- peniten- <ia ? ¿Quién se violenta:4 sí mismo para conquistar el cielo? ¿Quién posee una caridad universal , tierna y activa, que es el mas cierto carácter de los escogi- idos? ¿Quién está firmemente persuadido á que la sal- wacion es elúnico negocio 4 que debe atender, óquien com'efecto atiende 4 él con preferencia á los demas? ¡Ay, alma mía ! ¿Tienes duda de que es corto el má- mero de los quese salvan? Tú sabes cómo se viye en el mundo. Tú sabes: cómo está .el mundo. Tú sa- bes que quanto acabamos de decir no. es un puro consejo de perfeccion , sino un precepto formal, un expreso mandato publicado por :el, mismo Jesuchrig- Tom, 11, Q

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