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62 A SERMON 1]... EPA! causas y las-ocasiones de sus pecados. Santo fervor , que condena altamente á tantos penitentes de imaginacion y de ceremonia , que á semejanza de las tribus de ls- rael pu dan buenas palabras , pero jamas lle- galón obras : que prometen mucho con la lengua , pe- conducta. siempre s una misma : ln omibas bis non est reversa ad me prevaricatrix (a). | Ms anas , quántas veces habeis escuchado Magdalena los gritos de vuestra conciencia condenan vuestras concurrenci 4 los teatros , á s. ies, á los juegos y á las conversaciones en que corre riesgo. vuestra honestidad? ¿Quántas veces os ha representado como reprehensible delante de Dios las horas que gastais en el tocador , el exceso de vues- tras galas , lo indecente de vuestros vestidos?. Sin em- bargo , vosotras os haceis sordas á las. yc tro corazon, y en vez de imitar á la Magdalena re- nunciaudo para siempre las vanidades del mundo, con- diguals en yeatls con inmodestia , ba oa con inde- y perseverais Pe un poi vida, que no tiene de chris. tiana mas que el nombre: ln omnibus his non est re- versa 44 me$. DRUGS e A ÓS y óver s lascivos , En rata o ú de Pr otra clase de hombres deshonestos, ¿quán- tos excesos habeis cometido? ¿Quántas veces os habeis arrojado como la Magdalena á los pies de Jesuchristo para llorar vuestros desórdenes , para reparar vuestros escándalos , para enmendar vuestra mala vida? ¡Ah! yuestros cortejos siguen , vuestras enemistades oo . yA vuestros escándalos no cesan , y vosotras seguis de la. misma suerte un año que otro, sin mortificar e e : » nr key (a) Jerem., C. III. y. 10.