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la si NECESIDAD DE LA PENITENCIA. 47 grimas la Escritura? ¡O gran Dios, y qué palabras tan terribles! Escuchadlas , y os llenareis de espanto: Orabat bic scelestus Dominum , d quo non esset mise- ricordiam consecuturus (a). Oraba este malvado, dice la Escritura , oraba al Señor, de quien no habia de al- canzar misericordia. Mirad á qué se expone quien bus- ca á4 Dios, quando no sele puede hallar. Mirad quan- to urge la necesidad de una penitencia prouta para re- cobrar la gracia perdida , y desenojar á Dios, irritas do con nuestras culpas: Penitemini igitur , et conver= timini , ut deleantur peccata vestra (b). | Wen pues á mí, ó penitencia santa : ven á mí, pe- nitencia poderosa , que abres el cielo al pecador, y le cierras el infierno: ven á mí, y múdame en tí. ¡O tristezas saludables! ¡ó lágrimas preciosas! vuestro es desarmais la ira del Juez supremo , haceis á los acusadores , y nos librais en el dia malo. Lágri- mas y penitencia, venid á mí, llenad mi corazon de un vivo dolor, de una amarga pena , de un triste sen= timiento , para que llore sin cesar las ofensas he- chas á mi Dios. Encended en mí un aborrecimien= cadora , y la sujete al servicio de Dios. Compénsese ya la risa inmoderada con el llanto , los cantares las- civos con los gemidos tristes, las miradas libres con la mortificacion de los ojos, los“excesos de la gula con el ayuno, las palabras provocativas con el silencio; conmútense las galas por el cilicio y vestido honesto, la disipacion por el retiro , las amistades dañosas: por la freqgiiencia de los Sacramentos , y las casas de juego por los templos. Destiérrese la ociosidad con el traba- jo, la ignorancia con el estudio , el pecado con la gra- cia , y el vicio con la penitencia: sirvan los sentidos t E e e di O Di e h » ” he e (a) Lib. 11. Machab. c. 1x. y. 13. (b) Act. Apost. €. 111. y. 19»

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