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E ¿ e z E LEA PA >. : De La MADRE DEL BUEN PAsTOR. Au -- Omitamos por ahora toda la serie interminable:de las misiones autiguas , que en las quatro partes del muado han hecho y hacen nuestros religiosos por es- pecial mandato de la suprema cabeza de la Iglesia, y pongamos únicamente la atencion en nuestra España. Desde que Fr. Isidoro de Sevilla , aquel célebre pre- dicador que hasta la mas avanzada ancianidad se exer- citó en el santo ministerio. de las misiones, empezó á invocar públicamente á María Santísima con el dul- císimo título de Pastora divina de las almas el año de 1703,'n0 es posible explicar el zelo con que to- dos nuestros misioneros han promovido esta devocion, y los rápidos progresos que ha hecho en todas partes. Considerando aquel virtuoso religioso que nuestro ama- ble Redentor Jesuchristo-es el Pastor:bueno que co- noce sus ovejas las almas justas,y es conocido de ellas, y que tiene otras ovejas descarriadas por las breñas del pecado , que desea reducir al aprisco de la gracia,.pa- ra formar de unas y otras un rebaño: solo ; y que Ma- ría Santísima como verdadera Madre del buen Pastor Jesus, y mediadora de la redencion humana. , ¡se em- plea en el exercicio mismo de buena Pastora, se la propuso á sus oyentes con este humilde pero. propio trage , y empezó á experimentar las misericordias del Altísimo por la intercesion de esta Señora. 3 4 | QLES. a: J| e mu- chos años habian ] vida de bec ente ] ¿da divina ley, ocultando sus miserias á los ministros de Jesuchristo en el sagrado tribunal de la penitencia , dominados de una vergiienza perniciosa , corrian presurosos al confe- sonario como ovejas sedientas á las fuentes de las aguas, apénas oian la voz de Dios, y las misericordias de su Madre, que nuestros religiosos les anunciaban. Aque- llas almas que enemistadas con sus próximos se habian resistido á los consejos de sus amigos, á las amones- taciones de sus superiores , y a los gritos de su mis- FÍf 2