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362. SERMON XVI, xaremos evidenciada esta grande verdad , que abraza: toda la materia d sermon ; conviene 4 saber : que: _la santidad es propia de toda clase de gentes : que la santidad es propia de toda suerte de estados. Mas para que no confundais las cosas, es necesario ántes de probar el asunto , declarar qué santidad nos: es mandada, y quál nos es aconsejada ; porque la equi=, . vocacion en esto es de gravísima importancia. Para lo qual debeis saber que hay dos especies de santidad: una esencial, y otra accidental. La primera es preceptiva, y consiste en el exácto cumplimiento de los manda- mientos de Dios, gravemeñte obligatorios : la “segunda es de consejo , y consiste en el uso de las máximas , re- glas y amonestaciones , que como medios nos levas á la perfeccion. Así lo explica Santo Tomás. La santidad ó perfeccion esencial debemos todos tenerla, sopena de eterna condenacion : la accidental obliga: 4.procurarlas Una y otra exigen de nosotros dos cosas : la. primera, el lleno ó plenitud de las obras, esto es, que sean he- chas mediante la gracia de. -Diós:, el e 42 Es : recta intencion del operante: la segunda, la. eleccion: y uso práctico de los medios que conozca | ducentes para conseguir el fin que pretendemos. Ea este sentido A po o kres ee deidas de elAE Y cs ra 0 | 1 ] mali (a). Una persona que io ada don vicios-, y confesando rectamente sus pecados , consigue la amis- tad y gracia de Dios , se halla en el primer grado de santidad que. acabamos de explicar. La santidadó per- feccion media consiste , dice San Bernardo, en que el alma vaya avaozando y siempre caminando hácia la perfeccion, pra las virtudes bal qee, aban- (a) S. Augustin. tract. xLx. in anos ] | Es et acóR

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