BCCPAM000538-3-16000000000000

SOBRE LA A ¿36 tidad: noes sólamente propia de los pa todos los christianos , es forzoso ¿fambien confesar que: no hay -persona alguna que no pueday deba Sautifi- | carse en su propia condicion y estado. Para convenceros de esta verdad, no era necesario mas que vosotros dieseis crédito á mis palabras , quan- do digo como ministro de Dios , que su voluntad: es que seais santos , bec est voluntas "Dei, sanctificatio ves- tra (a): que él nos manda á todos expresamente ser san- tos, sancti estote , quoniam ego sanctus sum ; que él quiere seamos perfectos , á imitacion de su Padre ce- L, estote ergo vos perfecti , sicut et Pater vester | tus est (b). El nos aterra y espanta por su pese Apóstol San Pablo, amenazándonos con la Y o o de su divino rostro , si no tratamos Pe ic | : : ne qua me 'widebir Deum ( Je El, en fin, nos manda andar 'siempre en su: presencia , y ser perfectos : Am- bula coram me , et esto perfectus (d). Si vosotros , vuel= . VO á decir, me dierais crédito como á un ministro de Dios, nada mas debia yo añadir á estas verdades eter- as por. el mismo Dios en sus santas Escritu«= ras, para | y is altamente convedcidos de que la santidad es propia de toda clase de personas , y de toda suerte de estados. Pero pues me oponeis razones que retardan el asenso á estas in= poe verdades , 10 cados Y >1 tayde EE necerlas co lar a, ! doos ver pectivo esstad do, nO podrán Josillcaros, $ servir de le Logo excusa en A e de Dios ; con lo que de- BTS PE qaTo 1. Div. Palaad Fhesl. c. IV. Y. SS Matth. c. v.iv. 48. (c) Epi Div. P aul. a d Hebr. c. XXIL. Y. 14) (d) Genes. C. XVIi. Y. 1» TOM. ll, ZZ

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz