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- mo infierno? ¿Qué vocacion la de po casados, que " SeERMON- XV. : ) vamos claros y css de buena fe, 0 las congré- gaciones religiosas son caminos reales de la eterna condenacion de las almas, Ó vosotros os engañais. Lo - primero pienso que no lo direis, si no habeis perdido el juicio;, porque, aunque sea cierto que hay algunas re- laxaciones en los monasterios y comunidades religiosas, el estado de su naturaleza es mas perfecto que el del siglo : luego lo segundo es necesario, quiero decir , que vpeUEA; salyacion se arriesga, si para el matrimonio, para el Sacerdocio, y para los empleos del mundo no practicaisá lo ménos aquellas mismas diligencias que hariais para el estado reli . ¡Pero válgame Dios! ¿Qué necesitamos de razones para probar una verdad tan. 41enemos ma qu ir los ojos , y se nos entrarán por: ellos los tristes “efectos de tantós estados que se abrazáron sin la divina vocacion?-¡ Ay! ¿Quién puede mirarlo sin derramar lágrimas de s ngre? ¿Qué vocacion podrá ser la de unos casados, que 'apénas ye, contraxéron el santo matrimonio, quando separándose S ms: cn o iregieacia , sepretente sy al vivo el. mis- tantas veces han asado > e Sapiidad ¡Js E E casados que permiten % Sus 'mugeres vivan “continua mente acompañadas en casa , en los paseos, en- las ter» tulias y en los teatros de- esos hombrecillos ociosos, perjudiciales al Estadoy á la Iglesia, que con nombre de muebles, estrechos, freqiientes ó cortejos, mantie» gen las amistades más. iniquas , hablan las palabras-más feas, y obran como «unas: gentes sin ley y .sin reli> gion? ¿Qué vocacion la de aquel hombre, que solo as» cendió al empleo para ser un injusto, un robador di- simulado de la hacienda agena, y un perpetuo murmu-

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