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' j ! / 336 .-- SERMON XIV. de su sangre y de su vida : Dios os mantiene y os con- serva : Dios os libró del pecado original por el San- to Sacramento del Bautismo , os fortaleció en la fe por el de la Confirmacion , os sanó de vuestras espiri- tuales dolencias por la penitencia , os dió su mismo “Cuerpo y sangre en la adorable Eucaristía, y Os pro- veyó de las demas necesidades del alma con los otros Sacramentos que instituyó en su Iglesia : Dios os co- municó los dones de su divino espíritu, y no cesa de enriqueceros con otras innumerables gracias , llamán- doos en la salud y en la enfermedad , en la adversi- dad y en la prosperidad , en la soledad y en la com- pañía , en el pueblo y en el campo , para que guar- deis sus santos mandamientos , y observeis sus leyes; y como si no estuvierais obligados á observarlas por tantos títulos , os convida con un premio inmenso , con la Gloria. Sí, amados mios , con la Gloria : con la ca- sa de Dios, centro: de la paz , mansion de la felici- dad eterna , y habitacion dichosa de todos los bien- aventurados. Aquí teneis, señores , unos objetos inmen- sos con que alimentar útil y provechosamente vuestra curipsidad : la naturaleza y sus criaturas , la gracia y sus dones , la Gloria y sus eternas felicidades. ¡O Dios admirable! ¡ó ios magnífico! ¡ó Dios poderosísimo! ¿Qué ne en las pe de LL" "; . : e EL S «de:emplear nuestras potencias | de la vos nos ofre- ceis las ErendenaS de la Gloria? ¿Quién no suspira por aquellos bienes eternos , infinitos é inmensos , para cu- ya posesion nos ha criado el Señor? ¿Será tanta nues- tra desdicha , nuestra infelicidad y miseria , que ten- ga mas atractivo para nosotros el pecado que la gra- cia, la tierra que el cielo, la criatura que el Criador? ¡Ay de mí! ¡ay de mí! ¡ay de mí! Si hubiese alguno tan insensato , sepárese de nuestra amable compañía, y todos los demas que quieran eficazmente salvarse; vengan conmigo á los pies de Jesuchristo , y tomán-