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CONTRA LA CURIOSIDAD. 333 los 4 algun oficio Ó destino honesto, con que en ade- lante puedan ser unos buenos y útiles ciudadanos, y unos christianos irreprehensibles : si vieseis, digo, á otros padres y madres que se portan de esta manera, decid inmediatamente: Quid ad nos ? tu videris : á no- sotros, 4 quienes Dios no ha constituido padres de la patria, ni superiores de estos otros , ¿qué nos Impor- ta todo eso? Eduquemos nuestra familia christiana- mente , no la permitamos aquellas libertades que á nosotros nos fuéron tan ruinosas en la tierna edad: en- curiosidad , para que ella “noc rio, y lleve disipados por las s arranque del Santua- glo, sirviendo de tropiezo á los fieles, que esperan de vosotros unos exemplos ilustres de la castidad mas pu- ra, del mayor desinteres, de la humildad mas pro- funda , dela caridad mas universal, y del zelo mas fervoroso por la salvacion de las almas , redimidas con el infinito precio de la sangre de Jesucbristo : Hoc*fac, et vives. Sea tal vuestra vida, si quereis ser verdade- -1os Sacerdotes, segun la voluntad del Señor. Venera- bles Religiosos: huid la vana curiosidad , como vicio sumamente perjudicial 4 nuestro santo instituto. Si ella llega dominarnos , perderemos el espíritu de recogi- - pl se , ES to et con Dios: la oracion nos será insípida , las observancias monásticas intolerables : nada querremos saber sino las novedades del siglo-, que:nos perjudi- carán infinito : nada querremos ignorar de quanto pase en el monasterio , que no nos dañará ménos; porque nada nos importa su noticia, ni nos pertenece su. go- bierno, su direccion, ni lo que los demas hacen 6 de- xan de hacer,sino obedecer á nuestros prelados , salir