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322 SERMÓN XIV. bayles, teatros, paseos y prostitutas: tomar por un bre- ve diccionario alguna tintura de aquella ciencia 4 que mas le arrastró su curiosidad, y salir inmediatamente por el mundo proyectando , reformando, proponien- do mejoras en las ciencias, es" y facultades . , y esti- mándose por unos hombres de diversa especie que los demas? ¿Qué es ver á estos hombres avergonzarse de confesar la fe de sus mayores, insultar la devocion, burlarse de la piedad , negar las verdades eternas, y entregarse como hombres que no esperan otra vida 4 los gustos, encantos y plcolrcd pes te? ¿Podria creerse , señores , que la cúriosidad'; en que nadie re-. flexiona , fuese un “obstáculo tan frande á nuestra fe? ¡Ahi con quanta razon dixo el gr Doctor de las añas San Isidoro: Vulla sit-tibi curiositas scien- di latentia : cabe indagare quee sunt 4 sensibus remotaz in bereses enim provocat , in fabulas sacrilegas men- tem precipitat , in causis obscuris. redit ces, in rebus ignaris facit precipites (a). Guárdate , 6 alma, decia el per de a lo: 2 supera, la pie pite en sacrílegas fábulas , para que oc li dacia. en das cosas pt Y se abalance con ar parece sino que el Samo, con ten dermainénte e io € ha dexado mi asunto mas “evidenciado que la luz, Vosotros, oyentes mios, á quienes Dios por.uaa sia- gularísima gracia ha criado enel centro de la fe , guar= daos muy bien de investigar con una: “curiosidad ex- cesivamente temeraria sus misteriosos arcanos. Cave ea, os diré con San Clemente Alexandrino,:que supra na- Tudgur gal , curiosits Riiie Cb): Humillad. vuestros a) S y lib, hafigncil: b) $. Clem. Alex_hoedicait

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