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SomrE LA Devoción, Sc. 199 de zelo por la salvacion de nuestras almas y las de nues- tros próximos,, y resolvernos eficazmente 4 vencer con fortaleza christiana , ayudados de la divina gracia: los respetos humanos, las tentaciones del demonio , las máximas del mundo , y los combates domésticos de nuestras mismas pasiones : fervor , zelo y fortaleza, tres | contra la enfermedad de la tibieza, y que mos harán pasar desde ella á la clase de verdaderos y FesvorosOs devotos. MI. Estos son unas personas que hacen de su obli- gacion su mérito para con Dios, el mayor gusto para » y su honor para con el mundo. Hacen di- go su mérito para con Dios, porque lo que Dios les pide singularmente , y ... todas las cosas, es el cum- plimiento -de- sus sobligacione: peta una vez que son obligaciones ordenadas por Dios; quanto mas »tamente las cumplen, tanto mas perfectos son en. su di- vina presencia , y agradables á sus ojos. Por este medio se conforman: tambien con los decretos de su: sabidu- xía en el gobierno del mundo: porque ¿qué es: lo que hace subsistir la sociedad humana , sino el buen órden - ¿Que reyna en ella? ¿Y qué es lo que establece este buen Órden que reyna en ella y la conserva , sino el que ca- da uno cumpla exáctamente con el empleo en que se halla , y las funciones que son propias de él segun su clase y profesion? Y como hay tanta diferencia entre estas funciones y empleos , quantas son las profesiones y Aga se sigue que las no son en to- ) » Y que las devociones :hab: de ser for- zosamente diferentes. La devocion de un Rey no es la de un vasallo, ni la devocion de un secular la de un religioso, mila de un lego es la devocion de un eclesiástico , y así de los demas estados. Para que en- tendais bien esto, es necesario distinguir el espíritu de la devoción, y la práctica de la devocion. La de- vocion en el espíritu ó en su esencia, debe en todos

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