BCCPAM000538-3-16000000000000

178 «'DERMON vur” e , SEGUNDA PARTE. Juzgar el genio de nuestros próximos equitativamen- té , manejarle caritativamente , y sufrirle pacientemens fe, no es mas que llenar una parte de las obligacio= nes de la sociedad christiana. En vano nos gloriamos de mantener la paz y buena armonía con nuestros pró- ximos , sufriéndoles sus genios, si por. bot e tro les. damos sentimiento. Es p ues. que todos tenerños nuestro genio as; y que la sabia providencia de nuestro iaitkimo Dios nosle ha confiado , como un fondo inagotable d bie= nes, si sabemos 'manejarle bien. Para conseguir esta fes licidad , yo considero necesarias dos cosas: la prime- ra, conocerle atentamente : la segunda, erle con tantemente. No es posible dexemos de causar mil sin= sabores á nuestros próximos con nuestro genio,seguid tras que no le ¿nono y le ps > gu teresante, Y os toca e A pea Nada hay mas importante para el proa de nues» tras costumbres , y la pr mia de nuestra vida, que estudiar Atentamente se be € > le cada bo y este á tal extremo, “que todo lo conocemos ó pretendemos conocer , ménos á nosotros mismos. Ácontece no pocas veces quejarse los domésticos , retirarse los amigos, des- 'azónarse lós parientes por la inmoderacion de nuestro genio; y quando todos estan cansados de conocernos, solo nosotros nos ignoramos : ¿ qué mas diremos? No- “sotros mismos nos alabamos de que al primer negocio “que tratamos con nuestro próximo, á las dos óÓ tres veces que le hablamos, ya penetramos su genio ,-ya comprehendemos su carácter; y estando E con

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz